En el tiempo de iglesia que vivimos, este Kairós que el Señor concede en esta porción de iglesia, hemos escuchado con atención la invitación del Papa Francisco, para que retomando nuestra condición sinodal, siendo conscientes de los pasos que hemos dado y el camino que hemos construido como Iglesia, podamos seguir impulsando la misión evangelizadora que adelantamos en la arquidiócesis de Bogotá, misión en la que los laicos han sido protagonistas, de manera especial aquellos que desde su carisma en una comunidad, asociación o movimiento laical han aportado significativamente en la construcción del Reino en nuestra ciudad.
En su video mensaje enviado a la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL) el pasado mes de mayo, nos recuerda el Santo Padre que "la sinodalidad no es una moda organizacional o un proyecto de reinvención humana del pueblo de Dios. Sinodalidad es la dimensión dinámica, la dimensión histórica de la comunión eclesial fundada por la comunión trinitaria, que apreciando simultáneamente el sensus fidei de todo el santo pueblo fiel de Dios, la colegialidad apostólica y la unidad con el Sucesor de Pedro, debe animar la conversión y reforma de la Iglesia a todo nivel”.